La primera propuesta para conectar la red
eléctrica de Islandia con Escocia, a través de un cable submarino se introdujo
hace más de 60 años. La viabilidad de este proyecto ha sido evaluada
regularmente durante los últimos 30 años. Históricamente, el resultado de esta
investigación mostró que un proyecto de este tipo sería técnicamente posible,
pero no sería una empresa rentable.
Las investigaciones realizadas por
Landsvirkjun, en colaboración con Landsnet, entre 2009 y 2010 arrojó nueva luz
sobre el potencial de un proyecto de este tipo; que podría de hecho ser
económicamente viable. La razón principal detrás de este cambio fue más altos
precios de la electricidad en Europa y una mayor demanda de fuentes de energía
renovables, sin o con baja emisión de gases de efecto invernadero. Para
explorar más a fondo la viabilidad técnica y económica del interconector,
Landsvirkjun, Landsnet y National Grid comprometidos en un proyecto de
asociación en 2013. Los estudios de pre-viabilidad realizados desde entonces han
indicado los beneficios completos del interconector, que ha sido denominado
IceLink.
A finales de 2015, los primeros ministros de Reino Unido e Islandia se
reunieron y establecieron un grupo de trabajo cuya tarea consistía en evaluar
el proyecto y asesorar sobre los próximos pasos dados por los gobiernos. Los
resultados del grupo de trabajo se dieron a conocer en julio de 2016. Ambos
gobiernos declararon su interés en la posibilidad de una interconexión entre
los países en función de los beneficios socioeconómicos esperados. Algunas
cuestiones importantes siguen sin resolverse, como capitalización y
responsabilidades de riesgo del proyecto. El grupo de trabajo sugirió
siguientes pasos si los dos gobiernos decidieron continuar con el proyecto.